La reputación de la marca en la industria alimentaria está intrínsecamente vinculada a la calidad de sus productos. Un control de calidad riguroso y consistente construye una reputación sólida y positiva.
Por otro lado, los fallos en este aspecto pueden tener consecuencias devastadoras, afectando la confianza del consumidor y la percepción de la marca en el mercado.